NAKANY KANTÉ, nacida en Siguirí, Guinea Conakry, zona fronteriza con Malí de donde han salido grandes maestros de la música mandinga como Sékouba Bambino, miembro de Bembeya Jazz y uno de los vocalistas de Africando o Souriba Kouyate que fue un extraordinario músico y gran interprete del Kora o arpa Africana.
En el 2009 llega a Barcelona y pone en marcha su proyecto musical con raíz tradicional. Poco a poco va entrando en contacto con la escena musical catalana y participa en diferentes proyectos como Afroesfera del 2011.
Al año siguiente colabora con el gran percusionista Koungbana Condé en el Festival Internacional de Percusión de Barcelona y es seleccionada por el ciclo Diversons de la Fundación La Caixa realizando veinticinco conciertos por diferentes ciudades españolas.
En el 2013 graba su primer trabajo SARAMAYA con el sello Slow Walk Music, especializado en música africana hecha en Barcelona.
Un disco ambicioso que refleja la evolución de esta joven artista, que sin renunciar a sus raíces, se sumerge en el pop mandinga y se atreve con otros estilos como el soukous, el mbalax o el afro-reggae con excelente resultado, mostrándonos su inquietud artística y su amplitud de miras.
NAKANY ha supervisado todas las fases del trabajo, desde la composición a la grabación, la mezcla y la masterización, junto a Daniel Aguilar en la pre-producción y Fernando Redondo ‘Dinky’ en la producción final.
Todos los temas han sido compuestos por NAKANY KANTÉ, ayudada en los arreglos por Kalildaf Sangaré, Drissa Diarra y Daniel Aguilar.
Y se ha rodeado de grandes colaboradores como: el saxofonista Jimmy Jeank (BuenaVista Social Club, Jarabe de Palo, etc), los percusionistas Oumar Tounkara (Rokia Traoré) y Max Moya (ManExMaqina, Ojos de Brujo), y algunos de los músicos más relevantes de la escena africana de Barcelona como David Maestro (guitarra), Kwame Adzraku (batería), Gustavo ‘Tato’ Sassone (percusiones), Djibril Ngom (sabar), Michel Ndione (voces) y el guitarrista Canario Sergio Cebrian, mi compinche y quien me ha enseñado a esta extraordinaria cantante.
En cuanto a sus letras, escritas en mandinga, susu o wolof también se mueven en distintos registros, desde historias de amor con el romanticismo exacerbado (en Kalikantigne), hasta cantos de ánimo a las mujeres (en Segué) o a los trabajadores (en Bara), pasando por las experiencias personales, evidentemente (en Saramaya).
Si bien el disco nos muestra a una joven artista de 23 años con mucho talento, su fuerza reside en un contundente directo cargado de altas dosis de energía.
Para mi es un placer poder enseñarles en estos dos vídeos a esta gran artista.
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